miércoles, 17 de noviembre de 2010

TUCUMAN

Tucumán es sinónimo de historia. Es independencia. Es pequeñez geográfica pero grandeza de espíritu. Es un destino obligado para todo aquel que quiera sumergirse en las raíces de un país rico. Es verde, es paz. Es el jardín de la República y para eso, sobran fundamentos. En esta sección se ofrece toda la información que se necesita para conocerla a fondo y enamorarse de sus cerros, de sus plazas, de sus comidas típicas y de su gente.
Tucumán posee gran cantidad de áreas naturales protegidas y aún (aunque reducidas) zonas de selva y bosque montano practicamente vírgenes. Entre los sitios de gran atractivo turístico corresponde señalar San Pedro de Colalao, Cerro San Javier, Ruinas de Quilmes, Pucara de la Ciudacita, Raco, Simoca (especialmente atractiva por su gran feria), el lago-embalse Escaba, Cochuna, la Laguna del Tesoro, El Mollar, el Parque de los Menhires, la Quebrada de los Sosa, Tafí del Valle, El Siambón, Villa Nougués, Yerba Buena, el cerro nevado del Aconquija, Colalao del Valle, Amaichá del Valle etc.
En San Miguel de Tucumán se combinan los ingredientes indispensables para hacer de esta ciudad una tentación a la hora de recorrerla: amabilidad de su gente, historia y arquitectura que se palpan en cada edificio, cercanía con los cerros y una calidez que se percibe en cada paseo.
La ciudad es apacible y tranquila; el mayor movimiento se da por la mañana o por la tarde dado que San Miguel tiene un sello distintivo que es la siesta: de 14 a 17 las calles quedan prácticamente vacías y los negocios cierran. Sin embargo, durante las noches el espíritu provinciano se puede sentir en bares, teatros, restaurantes y shopings que de lunes a lunes abren sus puertas hasta después de la media noche.

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